La timidez se define como el sentimiento de incomodidad o temor que se experimenta al estar frente a otras personas, especialmente si son desconocidos o en circunstancias nuevas.
El ser tímido limita, restringe, no deja ser libre ni te deja mostrar quien realmente eres. Hay personas que en su casa son alegres, divertidas, les gusta conversar pero frente a extraños se cierran, se vuelven callados, apagados. Dejan de ser quienes son porque se sienten incómodos en ambientes poco familiares o en grupos grandes de personas. Los nervios les traicionan, las manos les tiemblan, se sienten sudorosos y si alguien les habla, su cara se pone roja.
¿Cómo se pueden eliminar todos esos síntomas y dejar que aparezca tu verdadero Yo? A continuación te daré algunos tips que espero te puedan ayudar:
1. No eres el centro de las miradas. Las personas tímidas suelen tener la idea que todos están mirando lo que dicen o hacen. Si sientes que están todos observando como hablas, como caminas, como actúas te pondrás nervioso creyéndote el centro de las miradas y dejarás de actuar en forma natural, cuando la verdad es que muy pocos están realmente pendiente de ti. Entonces el primer paso es hacerte consciente que la gente no está interesada solo en ti, todos tienes otras cosas por las cuales preocuparse y para ellos tú no eres el único actor en escena. Relájate, nadie te está mirando.
2. Deja de preocuparte de la opinión de los demás. Una de las razones por las que te pones nervioso cuando te sientes observado, es porque te preocupas demasiado de lo que los demás van a pensar de ti. Y ¡qué importa lo que piensen! Olvídate de la opinión ajena, solo se tú mismo. Piensa que no importa lo que digas o hagas, siempre habrá a quienes les gustes y a quienes no, recuerda que nadie es monedita de oro, entonces libérate de una vez de la opinión ajena y habrás eliminado la mitad de tus miedos. La opinión de los demás no importa, lo que importa es lo que tú opinas de ti mismo.
3. Enfócate en el entorno. Evita estar continuamente observando cada minúscula reacción que tienes. Que si tus manos comienzan a temblar o si te estás poniendo colorado, o si estás sudando, etc. Esta excesiva atención hacia ti mismo, hace que te sientas incómodo y te pones más nervioso. Olvida lo que te pasa y enfócate en otra cosa, pone tu atención en el entorno, en lo que hay alrededor, observa a las demás personas como se comportan. Solo déjate llevar por el momento y disfruta.
4. Levanta tu autoestima. Eres un ser único, especial, aprende a amarte y siéntete orgulloso de ser como eres. (Te sugiero que leas el artículo “Como elevar tu autoestima”, este es un punto muy importante)
5. Cuando estés enfrentado a personas o situaciones nuevas o simplemente te sientas tenso, nervioso, prueba esta técnica de respiración que es infalible. Expira todo el aire que tienes, deja que tus pulmones se vacíen completamente, bota, libera, expulsa todo el aire y luego inspira profundamente y llena tus pulmones con nuevo aire, nueva energía. Realiza esta expiración – inspiración 5 veces seguidas y verás como todo cambia. Te sentirás una persona nueva, con un nuevo impulso en tu corazón. Este ejercicio es excelente si tienes que hablar en público o te ves enfrentado a situaciones que te ponen muy nervioso.
6. Cambia tu chat mental. Presta mucha atención a lo que te dices a ti mismo, si comienzas a criticarte sobre cómo estas actuando o a decirte cosas como: “me estoy poniendo rojo y todos me están mirando” “que vergüenza, parezco un tonto” “seguro se reirán de mí”, etc. inmediatamente repite mentalmente esta frase: “Me siento relajado y confiado, estoy feliz de estar aquí”. Recuerda repetirla cada vez que tu chat mental sea negativo.
7. Luz, cámara… actitud. Te gustaría mostrarte más confiado y seguro frente de los demás, entonces comienza por cambiar tu actitud. Piensa que eres un actor interpretando un personaje. Levanta tu cabeza, mira a los ojos y ten siempre una sonrisa. Cuando alguien te hable se amable, gentil y procura mostrar una actitud relajada. No importa si tu corazón late a mil, solo muéstrate tranquilo, eres un actor no lo olvides. Imagina que estás en tu casa, sé espontáneo tal como eres cuando estás allí y cuando hables no utilices palabras rebuscadas, simplemente usa un lenguaje trivial y amigable.
Al principio quizás todo esto te resulte un esfuerzo, pero mientras más lo practiques más sencillo te resultará porque irás adquiriendo cada vez más confianza y seguridad en ti. Así es que imponte desafíos y practica cada día ser sociable. La práctica hace al maestro.
¡Muy Buena suerte!
Por Marcela Allen