TRADUCCION

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Dejando Huella


Por donde tú pases procura dejar una huella.
Para eso no es necesario que hables fuerte, que llames la atención o que trates de ser quien no eres.
No son tus voces de mando, tu aspecto físico o tus bienes materiales los que marcarán el lugar que has ocupado en el trabajo, en tu casa en la vida.
Lo que dejará marca son todas aquellas cosas que has hecho con amor y honestidad. La palabra al que necesitaba aliento, la sonrisa al que se acercaba a ti, el consejo al que te lo pedía, la generosidad para comprender los motivos que llevan a algunos a cometer errores.
Aunque no digan nada, siempre se agradece algo que has hecho con sinceridad, lo que es generoso, lo auténtico.
Los que van por la vida con rostros serios, apagados, actuando con egoísmo y soberbia no dejan huellas ni corazones encendidos.
Para dejar una huella, hay que iluminar la vida de los demás.  Dar sin esperar nada a cambio, ni el elogio ni la recompensa. Quedarse solo con la felicidad de saber que ayudas a alguien que lo necesita, que das una sonrisa a quien te mira buscando comprensión,  un abrazo sincero a quien necesita apoyo, una mano a quien no puede avanzar.
Procura dejar una huella por donde quiera que pases, aunque sea pequeña como un pétalo, no importa su tamaño, pero que haya siempre un signo que indique que pasaste por allí.


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