TRADUCCION

jueves, 26 de junio de 2014

Cuatro Leyes de la Espiritualidad


En la India se enseña las “Cuatro Leyes de la Espiritualidad”
La primera dice:
La persona que llega es la persona correcta, es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
La segunda ley dice:
Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante.
No existe el: “si hubiera hecho tal cosa, hubiera sucedido tal otra”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante.
Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
La tercera dice:
En cualquier momento que comience es el momento correcto. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuándo comenzará.
Y la cuarta y última:
Cuando algo termina, “termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llego a nuestras vidas hoy, es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.

domingo, 22 de junio de 2014

Merezco lo Mejor

A veces no hacemos ningún esfuerzo por crearnos una vida mejor porque creemos que no nos la merecemos. Esta creencia puede remontarse a las primeras experiencias de nuestra infancia. Tal vez nos dijeron que no podíamos tener lo que queríamos si no nos terminábamos la comida, o no limpiábamos nuestra habitación o no guardábamos los juguetes. Puede ser que estemos tratando de actuar según la opinión o las ideas de otra persona, que no tienen nada que ver con nuestra propia realidad.
El hecho de tener algo bueno no tiene nada que ver con el merecimiento. Lo que lo obstaculiza es nuestra falta de disposición para aceptarlo. Date permiso para aceptar lo bueno, independientemente de que te parezca que no te lo mereces. Para ello practica el «tratamiento de merecimiento» que te propongo a continuación. En pocas palabras, los tratamientos son enunciados positivos que se hacen en cualquier situación dada para establecer nuevas pautas de pensamiento y disolver las antiguas.
TRATAMIENTO DE MERECIMIENTO
Yo Soy digno y merecedor de todo lo bueno. No sólo de algo, de un poquito, sino de todo lo bueno. Ahora estoy superando todos los pensamientos negativos que me limitan.
Me libero de las limitaciones impuestas por mis padres. Los amo, y puedo ir más allá de ellos. No respondo a sus opiniones negativas ni a sus creencias restrictivas.
No estoy atado por ninguno de los miedos ni de los prejuicios de la sociedad en que vivo. Ya no me identifico con ningún tipo de limitación. En mi mente gozo de una libertad total.
Penetro ahora en un nuevo espacio de conciencia, donde estoy dispuesto a verme a mí mismo de una manera diferente.
Estoy dispuesto a crear ideas nuevas respecto de mí mismo y de mí vida. Mi nueva manera de pensar se expresa en experiencias nuevas.
Ahora sé y afirmo que soy una y la misma cosa con el Próspero Poder del Universo. Por eso, ahora prospero de múltiples maneras. La totalidad de las posibilidades se abre ante mí.
Me merezco la vida, una vida buena.
Me merezco el amor: abundancia de amor.
Me merezco tener buena salud.
Me merezco vivir cómodamente y prosperar.
Me merezco la libertad de ser todo aquello que soy capaz de ser.
Me merezco más que eso: me merezco todo lo bueno.
El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias, y yo acepto esta abundancia de vida con júbilo, placer y gratitud. Porque me la merezco, la acepto, y sé que es verdad.
Louise L Hay – Extracto del libro ” Amate a ti Mismo”

Instantes - Atribuido a Jorge Luis Borges




Si pudiera vivir nuevamente mi vida. En la próxima trataría de cometer más errores.

No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. Sería más tonto de lo que he sido, de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.

Sería menos higiénico.

Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos.

Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener solamente buenos momentos. Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas. Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño.

Daría más vueltas en calesita, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.

Pero ya tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.





Atribuido a Jorge Luis Borges 

Para conocer la historia sobre el verdadero autor del Poema Instantes... CLICK AQUI 









domingo, 15 de junio de 2014

Preferencia o Adicción


Muchas personas se hacen infelices a sí mismas simplemente porque les resulta imposible aceptar la vida tal como se está presentando aquí mismo, ahora mismo.
Nada les parece lo bastante bueno y nada está bien del todo. Como en el cuento de la princesa y el guisante, estas personas no pueden sentirse cómodas de ninguna manera con su situación ni sus circunstancias, con su entorno o con sus compañías. Nada funciona, nada es lo bastante bueno, lo bastante rápido, lo bastante grande. Son unas personas que siempre encontrarán el motivo para no ser felices del todo, mientras exista eso que llamamos tiempo meteorológico. No son capaces de celebrar lo que es, sino que necesitan, más bien, quejarse de lo que no es.
Celebrar o quejarse: ésta es la opción de cada momento. Si eliges lo primero en vez de lo segundo, tu vida podrá llenarse de sonrisas para siempre.
Verás, existe una manera de ser más felices que Dios, y consiste en no exigir que nada sea diferente en ningún sentido de cómo es ahora mismo. Esto no significa que no aspires nunca a cambiar nada. Sí que significa que no bases tu felicidad en si se está produciendo o no ese cambio. Es una cuestión de dejar de vivir la vida a base de adicciones y pasar a vivirla a base de preferencias.
Si te ofrecen una copa de helado de vainilla y la verdad es que prefieres el de chocolate, no tiene nada de malo que indiques tu preferencia; de hecho, es muy sano que la indiques. (“Muchas gracias, muy amable. Pero, por casualidad, ¿hay helado de chocolate? A decir verdad, es el que más me gusta.”)
El fruto de estas palabras sinceras puede ser que te acaben dando el helado que más te gusta. Y lo peor que puede pasarte es que te tengas que conformar con el de vainilla, lo cual tampoco está mal, pues tu afición al helado de chocolate no es para ti más que una preferencia y no una adicción.
Siempre podrás saber si tienes adicción a algo, en vez de simplemente preferirlo, observando si la falta de ese algo te hace perder la felicidad.
En el ejemplo anterior, estamos suponiendo que no serías infeliz si no te dieran helado de chocolate, sino que estarías contento con el de vainilla. Por tanto, el helado de chocolate no es más que una preferencia y no una adicción.
La idea para la vida consiste en convertir tus adicciones en preferencias. Las adicciones se transforman en preferencias por el sencillo método de observar sinceramente cuánto te perderías de verdad si no tuvieras lo que crees que quieres y que necesitas aquí mismo y ahora mismo. Suele ser con frecuencia mucho menos de lo que te piensas.
Lo que estoy diciendo aquí es que, mientras se esté viviendo la vida, siempre habrá algo que celebrar. Ver el vaso medio lleno, más que medio vacío, es algo más que un aforismo ñoño. Es la clave de la felicidad perdurable.
Si sales de tu historia el tiempo suficiente para echar una mirada a la vida con sinceridad y para darle una oportunidad, advertirás que la vida te está presentando ahora mismo y casi a cada momento todo lo que necesitas para estar satisfecho y en paz. Lo único que tienes que hacer para vivirlo así es cambiar tus requisitos para este momento presente.
El cambio de requisitos es muy sencillo, en realidad. No es más que una cuestión de cambiar de opinión acerca de lo que necesitas ahora mismo. La verdad es que no necesitas nada en especial.  A ti te puede parecer un desafío asumir esta idea dentro de tu realidad vital, pero quizá no te cueste tanto esfuerzo ver que la mayoría de las cosas que te parecía que no podías vivir sin ellas no las necesitabas en realidad. Habrás encontrado una manera no sólo de existir sin esas cosas, sino de sonreír, reír y ser feliz sin ellas.
Es la ilusión de que existe algo que debes tener absoluta y necesariamente para poder vivir. Pero no hay nada que debas tener aparte de lo que ya tienes ahora mismo, que es el Yo tal como es en realidad. No puedes morir, y tu vida no puede terminar, porque tú eres la vida misma manifestada. Cuando hayas entendido esto, ya no temerás a la muerte, y entonces ya no temerás a la vida. Tampoco volverás a sentir una necesidad apremiante y visceral de nada en particular. Esto lo cambia todo.
Por Neale Walsh

jueves, 12 de junio de 2014

10 Pasos para una Vida Consciente


Por Deepak Chopra
1. Escucha la sabiduría de tu cuerpo, que se expresa por señales de comodidad e incomodidad. Cuando elijas cierta conducta, pregunta a tu cuerpo que siente al respecto. Si tu cuerpo envía una señal de inquietud física o emocional, ten cuidado. Si tu cuerpo envía una señal de comodidad y anhelo, procede.
2. Vive en el presente, que es el único momento que tienes. Mantén tu atención en lo que existe aquí y ahora; busca la plenitud en todo momento. Acepta lo que viene a ti total y completamente para que puedas apreciarlo y aprender de ello; luego déjalo pasar. El presente es como debe ser. Refleja infinitas leyes de la Naturaleza que te han traído hasta este pensamiento exacto, esta reacción física precisa. Este momento es como es porque el Universo es como es. No luches contra el infinito esquema de las cosas; por el contrario, sé uno con él.
3. Dedica tiempo al silencio, a meditar, a acallar el diálogo interior. En momentos de silencio, cobra conciencia de que estás recontactándote con tu fuente de conciencia pura. Presta atención a tu vida interior para que puedas guiarte por tu intuición, antes que por interpretaciones impuestas desde fuera sobre lo que conviene o no te conviene.
4. Renuncia a tu necesidad de aprobación externa. Sólo tú eres el juez de tu valer; tu meta es descubrir el infinito valor de ti mismo, sin dar importancia a lo que piensen los demás. Al comprender esto se logra una gran libertad.
5. Cuando te descubras reaccionando con enojo u oposición ante cualquier persona o circunstancia, recuerda que sólo estás luchando contigo mismo. Presentar resistencia es la reacción de las defensas creadas por viejos sufrimientos. Cuando renuncies a ese enojo te curarás y cooperarás con el flujo del universo.
6. Recuerda que el mundo de allí fuera refleja tu realidad de aquí dentro. Las personas ante las cuales tu reacción es más fuerte, sea de amor u odio, son proyecciones de tu mundo interior . Lo que más odias es lo que más niegas en ti mismo. Lo que más amas es lo que más deseas dentro de ti. Usa el espejo de las relaciones para guiar tu evolución. El objetivo es un total conocimiento de uno mismo. Cuando lo consigas, lo que más desees estará automáticamente allí; lo que más te disgusta desaparecerá.
7. Libérate de la carga de los juicios. Al juzgar impones el bien y el mal a situaciones que simplemente son. Todo se puede entender y perdonar, pero cuando juzgas te apartas de la comprensión y anulas el proceso de aprender a amar. Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación. Recuerda que cada persona a la que perdones aumenta tu amor a ti mismo.
8. No contamines tu cuerpo con toxinas, ya sea por la comida, la bebida o por emociones tóxicas. Tu cuerpo no es sólo un sistema de mantenimiento de la vida. Es el vehículo que te llevará en el viaje de tu evolución. La salud de cada célula contribuye directamente a tu estado de bienestar, porque cada célula es un punto de conciencia dentro del campo de la conciencia que eres tú.
9. Reemplaza la conducta que motiva el miedo por la conducta que motiva el amor. El miedo es un producto de la memoria, que mora en el pasado. Al recordar lo que nos hizo sufrir antes, dedicamos nuestras energías a asegurarnos de que el antiguo sufrimiento no se repita. Pero tratar de imponer el pasado al presente jamás acabará con la amenaza del sufrimiento. Eso sólo ocurre cuando encuentras la seguridad de tu propio ser, que es amor. Motivado por la verdad interior, puedes enfrentarte a cualquier amenaza, porque tu fuerza interior es invulnerable al miedo.
10. Comprende que el mundo físico es sólo el espejo de una inteligencia más profunda. La inteligencia es la organizadora invisible de toda la materia y toda la energía; como una parte de esta inteligencia reside en ti, participas del poder organizador del cosmos. Como estás inseparablemente vinculado con el todo, no puedes permitirte el contaminar el aire y el agua del planeta. Pero en un plano más profundo, no puedes permitirte el vivir con una mente tóxica, porque cada pensamiento crea una impresión en el campo total de la inteligencia. Vivir en equilibrio y pureza es el más elevado bien para ti y para la Tierra.

domingo, 8 de junio de 2014

El Poder de la Imaginación


La imaginación es la capacidad de formar una imagen mental de algo que no es percibido por los cinco sentidos. Es la capacidad de la mente para construir escenas mentales, objetos o eventos que no existen, que no están presentes o que sucedieron en el pasado.
Todos poseen cierta capacidad de imaginación. En algunos puede estar altamente desarrollada y en otros puede manifestarse en una forma más débil. Se manifiesta en distintos grados en diferentes personas.
La imaginación hace posible experimentar todo un mundo dentro de la mente. Te da la capacidad de mirar cualquier situación desde un punto de vista distinto, y explorar mentalmente el pasado y el futuro.
Esta habilidad se manifiesta en varias formas, una de ellas es soñar despierto. En tu imaginación puedes viajar a cualquier lugar a la velocidad de la luz sin ningún obstáculo. Te puedes sentir libre, aunque temporalmente y solo en la mente, de las tareas, dificultades y circunstancias desagradables.
La imaginación no se limita a sólo ver imágenes en la mente. Incluye a los cinco sentidos y a los sentimientos. Uno puede imaginar un sonido, un sabor, un olor, una sensación física o un sentimiento o una emoción. Para algunas personas es más fácil ver imágenes mentales, a otros les resulta más fácil imaginar un sentimiento, y algunos se sienten más cómodos imaginando la sensación de uno de los cinco sentidos. El entrenamiento de la imaginación da la capacidad de combinar todos los sentidos.
Una imaginación desarrollada y fuerte no te convierte en un soñador ni en un incompetente. Por el contrario, fortalece tu capacidad creativa, y es una gran herramienta para la recreación y la remodelación de tu mundo y de tu vida.
Este es un gran poder que puede cambiar toda tu vida. Es usado ampliamente en la visualización creativa y afirmaciones. Es el creador de las circunstancias y acontecimientos. Cuando sabes cómo trabajar con él, puede hacer que los deseos de tu corazón se hagan realidad.
La imaginación tiene un gran papel y valor en la vida de cada uno. Es mucho más que un simple ocioso soñar. Todos la usamos, consciente o inconscientemente, en la mayoría de nuestros asuntos diarios. Usamos nuestra imaginación cada vez que planeamos una fiesta, un viaje, nuestro trabajo o una reunión. La usamos cuando describimos un evento, al explicar cómo llegar a determinada calle, al escribir, al contar una historia o cocinar un pastel.
La Imaginación es un poder creativo que es necesario para inventar un instrumento, diseñar un vestido o una casa, pintar un cuadro o escribir un libro. El poder creativo de la imaginación tiene un importante rol en el cumplimiento del éxito en cualquier área.
Lo que imaginamos con fe y sentimiento llega a ser. Es el ingrediente importante de la visualización creativa, pensamiento positivo y afirmaciones.
Visualizar un objeto o una situación, y repetir con frecuencia esta imagen mental, atrae el objeto o la situación a nuestras vidas. Esto nos abre nuevas, vastas y fascinantes oportunidades.  Esto significa que debemos pensar sólo en una manera positiva acerca de nuestros deseos, de lo contrario podemos crear y atraer a nuestras vidas acontecimientos, situaciones y personas que en realidad no queremos. Esto es realmente lo que la mayoría de nosotros hacemos, porque no usamos correctamente el poder de la imaginación.
Si no reconoces la importancia del poder la imaginación y lo dejas abandonado, puede que tu vida no sea tan feliz y exitosa como habrías querido que fuera.
La falta de entendimiento del poder de la imaginación es responsable por el sufrimiento, la incompetencia, las dificultades, los fracasos y las experiencias de infelicidad de las personas.  Por alguna razón, la mayoría de la gente tiende a pensar de una manera negativa. No esperan el éxito. Esperan lo peor, y cuando fracasan, creen que el destino está en su contra. Esta actitud se puede cambiar, y entonces la vida mejorará en consecuencia.
La comprensión de cómo usar tu imaginación correctamente, y poner este conocimiento en práctica para tu propio beneficio y el de los demás, te pondrá en el camino dorado para el éxito, la satisfacción y la felicidad.
Por: Remez Sasson. Success Consciousness
Traducido por Marcela Allen

sábado, 7 de junio de 2014

El Susurro del Espíritu



Por Deepak Chopra
Hace varios años, descubrí que cada vez que yo enfrentaba un dilema o un problema, lo mejor que podía hacer era dejar de pensar en él y comenzar a dirigirme al Espíritu de Dios en mí por una solución. De modo que conseguía un lugar tranquilo, dirigía mi atención a lo interno y entraba al silencio en mi alma. Entonces decía: “Querido Espíritu, dime qué hacer”. Dejaba ir mi ego, mi necesidad de luchar para encontrar una solución y, simplemente esperaba que la solución me fuese revelada.
A veces la solución venía en el silencio y otras, venía como un relámpago en mi consciencia cuando estaba ocupado en algo que no tenía nada que ver con el problema. Yo bien podía estar jugando tenis o viendo a un paciente y, de repente la solución se presentaba como un destello en la pantalla de mi consciencia, tan claramente que sabía sin lugar a dudas qué hacer.
Desde entonces he aprendido que cuando tengo que tomar una decisión importante, sólo necesito aquietar mi mente, poner mi consciencia en la Presencia del Espíritu y hacer las preguntas.
He visto suceder cosas extraordinarias. Y gracias a mi propia experiencia, estoy convencido de que el Espíritu es abstracto y trascendente, pero también tiene un poder organizativo infinito. El Espíritu puede organizar infinidad de espacio, tiempo y acontecimientos para producir el resultado propuesto. El Espíritu es un Campo de Energía Consciente que conecta todo con todo lo demás y a todos con todos los demás. De modo que me siento maravillosamente bien al saber que sin importar lo que haga, dónde vaya o la situación, circunstancia o dilema, siempre puedo tener mi consciencia en la Presencia del Espíritu.
Escuchen en Silencio 
El Espíritu nos susurra por medio del espacio que existe entre nuestros pensamientos y las sensaciones más mínimas de nuestro cuerpo. De allí la importancia de pasar tiempo en el silencio. Cuando pensamos en la curación como el regreso del recuerdo de la perfección física y en la perfección física como cuerpo, mente, espíritu y medio ambiente, comenzamos a comprender por qué debemos aprender a aquietar nuestras mentes.
Podemos hacer esto por medio de la meditación formal o estando conscientes de nuestra respiración o simplemente sentándonos con los ojos cerrados, quietos y escuchando durante quince o veinte minutos.
Al principio, puede ser difícil aquietar la actividad de la mente, pero a la larga se aquietará. Y en esa quietud bendita fluirán hacia nosotros el discernimiento y el conocimiento.

A continuación dejo esta fácil meditación dirigida por Deepak Chopra. "Cómo aquietar la Mente"

viernes, 6 de junio de 2014

Ejercicio de Visualización: Nuestro Niño Interno



A continuación un hermoso ejercicio extraído del libro “Usted Puede Sanar su Vida” de Louise L Hay, el cual nos ayuda a reconciliarnos con nuestro niño interno, dejando atrás los errores y heridas del pasado. 
Para comenzar, visualizate como una criatura de cinco o seis años. Mira profundamente los ojos de ese niño. Vea la ansiedad que hay en ellos y comprenda que la única cosa que quiere de usted es amor. Tiéndale los brazos y envuélvalo en ellos. Abrácelo con amor y ternura, dígale cuánto lo ama, cuánto lo quiere, cuánto le importa. Admire a ese niño, admírelo totalmente y dígale que está perfectamente bien cometer errores mientras se aprende. Prométale que usted estará siempre con él, pase lo que pase. Ahora, deje que ese niño se vuelva muy, muy pequeño, hasta que pueda guardárselo dentro del corazón. Consérvelo allí para que cada vez que mire abajo pueda ver esa carita que se levanta para mirarlo y brindarle todo su amor.
Ahora, visualice a su madre como a una niña de cuatro o cinco años, asustada y en busca de amor, sin saber dónde encontrarlo. Tiéndale los brazos, abrácela y hágale saber cuánto la ama, cuánto se preocupa por ella. Dígale que puede confiar en que usted esté siempre allí, pase lo que pase. Cuando se tranquilice y empiece a sentirse segura, deje que se vuelva muy pequeñita, hasta que pueda albergarla en su corazón, y guárdela allí, junto con su niño, para que se den muchísimo amor el uno al otro.
Ahora imagínese a su padre como un niño de tres o cuatro años, asustado y llorando, en busca de amor. Vea cómo le ruedan las lágrimas por la carita, sin saber a quién volverse. Usted, que ya sabe cómo consolar a niños asustados, tienda los brazos para acoger al cuerpecito tembloroso. Consuélelo, arrúllelo, hágale sentir cuánto lo ama. Asegúrele que usted estará siempre allí, con él.
Cuando se le hayan secado las lágrimas, y cuando usted pueda sentirlo lleno de amor y de paz, deje que se vuelva muy pequeño hasta que pueda acogerlo en su corazón. Y guárdelo allí para que los tres pequeños puedan darse unos a otros mucho amor, y usted pueda amarlos a los tres.
Hay tanto amor en su corazón que con él podría curar a todo el planeta. Pero por ahora limitémonos a dejar que ese amor sirva para curarlo a usted. Sienta cómo una cálida ternura empieza a arder en el centro de su corazón, algo afectuoso y dulce. Y deje que ese sentimiento empiece a cambiar la forma en que usted piensa y habla de sí mismo.
En la infinitud de la vida, donde estoy, todo es perfecto, completo y entero.