TRADUCCION

jueves, 5 de diciembre de 2013

La Depresión Proviene de una Baja Frecuencia Vibracional


Las frecuencias vibracionales podrían definirse como el movimiento interno que tiene cada ser y las cuales pueden  ser altas o bajas dependiendo de cómo nos sentimos.
Los sentimientos de alegría, dicha, satisfacción, amor, tienen una alta frecuencia vibracional, mientras que los sentimientos de tristeza, celos, apatía, pesimismo, tienen una frecuencia vibracional baja y es aquí donde se originan los problemas, las enfermedades y también las depresiones.
La mejor manera de controlar las frecuencias que estamos emitiendo, es hacernos conscientes de nuestros pensamientos. Si nuestros pensamientos son negativos nuestras frecuencias se harán mas lentas, bajarán, por el contrario si tenemos pensamientos positivos, se elevarán.
Es importante que comprendas que todo pensamiento vibra, es decir emite una señal y que atraerá de regreso algo que coincida con esa señal, es decir atraerá otras semejantes.
Es por esta razón que las mismas circunstancias pueden ocasionar distintos acontecimientos dependiendo de las frecuencias que emitas;  veamos un ejemplo para clarificar:  Imagina que sales de tu departamento y vas a tomar el elevador, al acercarte ves un letrero que dice “Fuera de Servicio”, si esta situación te provoca enojo y frustración tus frecuencias vibracionales se harán mas lentas.  Bajas las escaleras a regañadientes, con el apuro, tropiezas y caes, lo cual hace aumentar el sentimiento de enojo. Luego, al salir a la calle a tomar el autobús, te das cuenta éste que ya pasó, esto originará que llegues atrasado al trabajo y probablemente tu jefe te regañe por ello, de esta forma el sentimiento de enojo y frustración irá aumentando e irás atrayendo más situaciones que mantengan ese sentimiento.
Ahora veamos la misma situación pero enfrentada con una alta frecuencia vibracional: Vas a tomar el elevador y ves el letrero que dice “Fuera de Servicio” esta situación no te molesta en lo absoluto sino por el contrario, piensas: – “que bien, me servirá para hacer un poco de ejercicio y perder unos gramos”-  buscas la música que te gusta, te pones los audífonos y  feliz y sonriente bajas las escaleras, al ritmo de la música sientes que se te hace muy fácil.  Al salir del edificio te encuentras con un compañero de trabajo que justo iba pasando por ahí en su automóvil y ofrece llevarte, – te sientes feliz y agradecido porque el universo te ayudó a hacer ejercicio y además te envió un chofer a tu casa. Con esa actitud y tus elevadas frecuencias, iras atrayendo más situaciones que te ayuden a mantener ese sentimiento de felicidad.
Como ves, el mismo acontecimiento, dos resultados completamente opuestos, debido simplemente a nuestros pensamientos y las vibraciones que estamos emitiendo y que atraen semejantes. Los sentimientos negativos atraerán situaciones negativas, los sentimientos positivos atraerán acontecimientos positivos.
Por esta razón debemos estar siempre conscientes de las vibraciones que estamos emitiendo, ya que de ello dependerá lo que ocurra en nuestro futuro, tanto inmediato como a largo plazo.
Recuerda y ten presente siempre que “en los niveles más bajos de energía es donde  se originan los problemas, las enfermedades y las depresiones, mientras que los niveles más altos de energías son aquellos que crean abundancia, felicidad y armonía, es donde nos sentimos en comunión con Dios, la dicha perfecta”.
¿De qué manera podemos elevar nuestras frecuencias ?
Si te sientes triste o estás pasando por una depresión, los siguientes consejos te ayudarán a elevar tus frecuencias y conectarte nuevamente con la alegria y la felicidad:
1. Dios en el corazón. El primer y más importante paso para elevar nuestras frecuencias es conectarse con Dios ya sea mediante la oración y/o la meditación.  Dios es amor y la más alta energía que existe en el universo, por tanto rezar, meditar o simplemente pensar en Él nos hará sentirnos en paz, en armonía e inmediatamente se elevarán nuestras frecuencias.
2. Agradecimiento. Cuando te sientas triste, piensa en todas las cosas hermosas que hay en tu vida, pero comienza por lo más general, por ejemplo, dando gracias por estar vivo, por las cosas hermosas que ves a tu alrededor, los árboles, las flores, los pájaros, gracias porque puedes mirar todo aquello, porque puedes caminar, correr, porque puedes escuchar y  hablar, por las personas que te aman, porque tienes un techo donde vivir, etc.
3. Vive siempre en el eterno presente. Enfócate solo en el momento presente y evita todos los recuerdos tristes o pensar en un futuro que te haga sentir intranquilo, no pongas en tu mente pensamientos que te hagan sufrir, ni te enfoques en las cosas negativas, pone siempre tu atención solo en lo bueno. Recuerda siempre que donde pones tu atención aumenta, donde no pones tu atención desaparece. ¿Quieres que tus problemas desaparezcan? No pienses en ellos, ¿quieres que tu vida sea feliz? Enfócate en las cosas que te den alegría.
4. Vigila tus pensamientos. Piensa en las cosas que te gustan. Piensa en algo que desearías tener o un sueño que quisieras alcanzar, quizás un nuevo trabajo, encontrar a tu alma gemela, mejorar tus finanzas, cambiarte de casa, en fin sea cual sea tu sueño imagina que ya lo tienes. Sueña, sueña en grande y sin límites, pone en tu mente la versión más grande que tengas de ti mismo, piénsalo hasta que te haga sonreír. Solo imagínate feliz, ¡inmensamente feliz!
4. Ten Fe. Recuerda que la Fe mueve montañas, por tanto deja de pensar que tú debes resolver los problemas, solo déjalo en manos de Dios. Vive de manera libre, despreocupada, no lleves tu mente a los problemas, solo confía en que todo está bien y siempre lo estará porque la dicha y la felicidad es nuestro estado natural.
5. Haz aquello que te gusta, cantar, pintar, escribir, cocinar, arreglar el jardín. Busca un  hobby y practícalo frecuentemente.
9. Lee libros que te hagan crecer espiritualmente y evita las películas que te hagan sentir triste, si tienes penas de amor, no veas películas románticas con trágicos desenlaces, en lugar de eso, elije una comedia divertida, de humor, elije siempre la risa al llanto.
10. Ejercicio. Realizar ejercicio te ayuda a liberar el estrés, a la vez que tu mente se mantiene activa y ocupada. Puedes caminar, correr, realizar yoga o cualquier actividad física que te guste.
11.  Escucha tu música favorita. Si te es posible graba un CD con alguna música que te haga sentir alegre, te motive o si prefieres con tu música clásica preferida para que te haga sentir relajado.
En definitiva, haz todo lo que tengas a tu alcance para hacerte feliz, haz de esta tu tarea diaria, tu principal objetivo, de esta forma el universo responderá a esa felicidad dándote más y más de ello.  Recuerda que “tienes un ser humano a cargo y eres tú mismo, a ti debes hacerte feliz… inmensamente feliz…”
Por Marcela Allen Herrera 

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