TRADUCCION

jueves, 19 de diciembre de 2013

Zona de Confort

Si miras hacia atrás y recuerdas como era tu vida hace cinco años ¿cómo está en relación a tu presente? ¿Ha cambiado completamente, han cambiado algunas cosas o no ha cambiado nada? ¿Qué hacías en ese entonces, cuál era tu trabajo, cómo estaba tu vida emocional, cuáles eran tus sueños?  Piensa un momento, porque si notas que tu vida sigue exactamente igual que hace cinco  años atrás, es probable que estés estancado en tu zona de confort.
La zona de confort son aquellas situaciones que nos son familiares y en las cuales de alguna forma nos sentimos seguros y protegidos porque allí no hay sorpresas ni mayores preocupaciones. Es una zona que conoces, manejas y controlas completamente.  Para que puedas identificarlas más claramente pondré algunos casos:
1. Estas en un trabajo que no te gusta pero pasan los años y tú sigues en la misma empresa, haciendo lo mismo. “Hoy en día esta difícil encontrar trabajo, así es que mejor me lo aguanto” – te dices a ti mismo. Y así con ese conformismo vas viendo cómo pasan los años por el lado tuyo. Esa es una zona de confort, es más fácil “conformarse” con un trabajo que no te gusta que aventurar en uno nuevo, miedo a lo desconocido, a lo incierto. “Prefiero mi zona de confort”.
2. Sabes que tienes unos kilitos de más y que debieras perder peso, pero es más fácil sentarse a comer un trozo de pizza que ir al gimnasio, salir a correr y privarse de algunas comidas. “Prefiero mi zona de confort”
3. Tu relación de pareja se ha vuelto conflictiva y ya no eres feliz allí, pero te conformas. Continuar con la relación, es más fácil que vivir el proceso del término y aprender a estar solo. “Prefiero mi zona de confort”.
4. Mis fines de semana los paso en mi casa, apago el teléfono para que nadie me moleste, compro algo rico para comer y veo películas toda la tarde. Estoy seguro en casa, tranquilo, nadie me molesta. “Prefiero mi zona de confort”. Es verdad, nadie te molesta pero tampoco estás teniendo nuevas experiencias, no estas viviendo.
La vida es muy corta como para quedarse sentado en un sillón a mirar por la ventana como pasan los días. Es necesario sacudir esa modorra y darle vida a la vida.  Debes explorar, aprender, conocer nuevas cosas. Estudia algo nuevo, aprende un nuevo idioma, si te es posible viaja y conoce otras culturas, gente nueva. Llama a tus amigos y sale, la vida está allá afuera.
Dejar la zona de confort no es fácil porque requiere de algún esfuerzo, requiere que “hagas algo” y lo primero es renunciar a la comodidad, a lo conocido. Pero debes saber que cada vez que salgas de tu zona de confort, esta se irá ampliando. Por ejemplo, digamos que diariamente vas al gimnasio a hacer pesas y eres capaz de levantar 20 kg, esto no te requiere mayor esfuerzo, te resulta cómodo y fácil hacerlo. Un día decides levantar 35 kg, al principio te será difícil pero al cabo de unas semanas de práctica te será tan sencillo como levantar los 20 kg iniciales. Podemos decir que tu zona de confort se habrá ampliado a los 35 kg. Así pasa con todas las situaciones de la vida, cada vez que sales de tu zona de confort, esta se amplia y te vas sintiendo más a gusto y confiado frente a nuevas circunstancias, el mundo comienza a ser más pequeño y van desapareciendo los límites que detienen tu avance.
Piensa si tu vida fuera una película, ¿cuantos quisieran verla? ¿Qué es lo que el público vería? Desde hoy comienza a hacer la mejor película, donde haya risas, aventuras que contar, sueños realizados, emociones, adrenalina.
Comienza por buscar tu sueño, ¿Qué es lo que realmente te gustaría hacer o conseguir?  Piensa cuáles son tus dones, tus talentos.  Todos tenemos una misión en la vida y para ello Dios nos dio un talento, un don especial, busca el tuyo, busca algo que te motive y sigue aquel sueño, no lo ocultes con la rutina, síguelo con fe, lucha por él, cree en ti y hazlo realidad.
Por último imagina cómo quieres que sea tu vida en cinco años más, dónde quieres estar.  Escribe tus sueños y ponle una fecha para realizarlos.  Ahora levántate, sale de tu zona de confort y ¡a luchar por ellos!
 :)
Por Marcela Allen Herrera 

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