Creo que todos estamos de acuerdo en que la paciencia es una gran cualidad, pero pareciera que desarrollarla o al menos mantenerla no es asunto fácil. Existen muchas situaciones del día a día que nos hacen perder hasta la última reserva de ella, como: quedar atascado en medio del tráfico, largas esperas en una fila, la mala actitud de algunos, la poca cooperación de otros. Las situaciones pueden ser muchas e incluso a veces hasta nuestra propia familia o amigos la ponen a prueba.
Lo cierto es que cuando se pierde la paciencia, inmediatamente hace su entrada el enojo y la frustración y todo se complica aún más. Por eso, mantenerla es fundamental para gozar de una vida tranquila y feliz.
La paciencia se define como “la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir lo que desea”. - “Soportar contratiempos y dificultades”- eso es justamente lo que debemos aprender a hacer. Debemos aprender a ser tolerantes ante las situaciones que no podemos cambiar y esperar con calma a que las cosas sucedan.
Así por ejemplo: vas atrasado al trabajo y te encuentras en medio de un embotellamiento. Sabes que no hay nada que puedas hacer al respecto excepto esperar a que los demás autos avancen, sin embargo, después de algún momento de espera, es probable que comiences a sentirte impaciente y alterado.
Es ahí, justo en ese momento cuando debes respirar profundo… inspira y cuenta lentamente hasta diez, relájate. Acepta ese momento con calma y sin lamentaciones, no dejes que entren en tu mente pensamientos sobre lo que “debiera ser” o lo que “pudiste haber hecho” para que la situación fuera diferente, acepta que en ese momento las cosas no son como quisieras, pero no luches por cambiarlas porque no podrás. Acepta el momento tal como es.
Siempre recuerda que tienes dos caminos, el enojo o la paciencia, elije siempre el segundo. Al principio quizás te será difícil porque estás acostumbrado a reaccionar cuando las cosas no son como tú quieres, pero después de un tiempo, ser paciente será algo muy natural en ti, casi como un habito o una costumbre.
Comprenderás que exteriormente no hay nada que puedas hacer, pero interiormente es una oportunidad maravillosa para trabajar un parte de ti y mejorar como persona.
Con una actitud calmada y pacífica, verás como de a poco irás siendo más tolerante y más paciente, no solo en las cosas pequeñas y triviales, sino también en las grandes cosas, cuando te plantees un reto difícil o a largo plazo. Plantarás la semilla y sabrás que debes esperar a que se formen las raíces, el tronco, las hojas y luego podrás ver las flores.
Ser paciente es estar en paz contigo y con el mundo, es aceptar cada momento como es, sin dejar que nada perturbe tu armonía interior, sólo dejando que la vida fluya.
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Por Marcela Allen Herrera
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