MUÉVETE
Mueve tu casa,
tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las montañas, sal de la rutina del trabajo,
las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a
aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más
locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer
maravillas.
TOCA
Toca las partes
que más amas de tu cuerpo. Da abrazos en la panadería, en el parque, en las
puertas de toda la ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu gato o
tu perro un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza
de madera, de las diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el
agua. Mientras más lo hagas te sentirás más a gusto con el placer de tocar.
ESCUCHA
Siéntate en
silencio y observa cuánto hay allí para ser escuchado. Escucha a la gente, lo
que realmente están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción.
Escucha tu voz interna, esa que solo escuchas cuando la confusión de cada día
disminuye. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de
la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón y siempre escucha
aquello que nunca es hablado.
SIENTE
El dolor,
experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír
hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete
a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero
hazlo a solas. Si no sientes de verdad, no estás vivo.
CONFÍA
Tú sabes lo que
necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu más alta
verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o
niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: Finalmente, tú y sólo tú, sabes lo que
es mejor para ti. Si consumes, sin darte cuenta, todo tu día pintando, eso es
lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del mar, encuentra la forma
de llegar allí. Si no confías completamente en ti, te conviertes en moho.
REÚNETE
Con los hombres
y mujeres que amas. Toma el té acompañado, camina en compañía por el bosque,
conversa y habla, lee en voz alta para otros. Celebra que tu cabello, tu piel,
tu cuerpo y tus historias son diferentes a las de los otros y a su vez son
completamente parecidas. Cocina y come en compañía.
RECIBE
Por una vez,
deja de dar y dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta los cumplidos con
gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, la
comida en tu mesa, el dinero que necesitas, siempre serán suministrados. Ábrete
a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas
las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.
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