La materia —sea
aquella que está en el cielo o la que está en la tierra— es imparcial con todas
las criaturas, sean plantas, animales o personas; a pesar de esto, es un sostén
para todos.
De la misma manera,
la persona sabia es imparcial con los demás.
El espacio sobre
la tierra está vacío y libre, así como el espacio dentro de un fuelle o una
flauta. Y cuanto más espacio existe para una actividad, más eficiente esta
actividad puede ser.
Quien interfiere
en asuntos ajenos y encima habla demasiado se vuelve insoportable para los
demás.
Por lo tanto, es
mejor siempre seguir el principio de la no interferencia y mantener la
tranquilidad.
Extraído del libro “Tao Te Ching” por Lao Tzu
Capítulo 5.
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