El cielo y la
tierra son duraderos. Son duraderos porque no existen por sí mismos ni para sí
mismos.
Éstos fueron
creados por Tao y existen para Tao.
La persona sabia
se pone detrás de los otros y así no les estorba y puede guiarlos. Ella no
estima la
vida de su
cuerpo; no obstante, su vida está cuidada por Tao.
Esto sucede,
porque ella tampoco existe aquí para sí misma. Por esta razón, las necesidades
de esta
persona se
cubren para ella.
La persona sabia
existe para Tao y sirve a Tao.
“Tao Te Ching” por Lao Tzu
Capítulo 8.
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