Muchas veces, al
usar la palabra “Cristo” nos recordamos inmediatamente del Amado Maestro Jesús
que es universalmente reconocido como “el Cristo”. Pero, ¿qué quiere decir
Cristo? La palabra Cristo, proviene del griego y originalmente quiere decir
“lleno de gracia”, “ungido” y esta es la verdadera razón por la cual “Cristo”
se identifica con el Maestro Jesús, ya que él manifestó un estado de gracia,
manifestó su Cristo, a tal punto que terminó identificándose con él.
Dios, nuestro
amado Padre-Madre, es el Rey de la Creación, de la Vida, del Universo, y
nosotros, que somos sus hijos, somos sus príncipes, no es casualidad (sino
causalidad) que el Génesis diga “que somos hechos a imagen y semejanza de Dios”
o que el Maestro Jesús haya dicho “son dioses”.
Es que somos de
naturaleza divina, la semilla de la divinidad está en nosotros, en nuestro
corazón, es el soplo del Espíritu Santo, el Yo Superior, el Maestro Interno: El
Cristo Interno.
Jesús en su
encarnación en Palestina hace dos mil años, decidió actuar como canal de su
Cristo Interno, le dio plena libertad para transformar su vida – y la de otros
– enseñó la Verdad “sólo la Verdad os hará libres” y permitió a su Cristo
manifestarse. Todos podemos hacerlo si trascendemos nuestra personalidad que
está llena de defectos tales como la ignorancia, el odio, la vanidad, deseos
incontrolados, avaricia, etc. Por estas razones es que nuestro Santo Ser
Crístico está revestido de una cápsula impenetrable que sólo se rompe cuando un
ser humano empieza a conocer la Verdad. Cuando se acerca a lecturas o a grupos
espirituales y cuando empieza a darse cuenta, creer y sentir que Dios está con
él en todo momento.
Dice Rubén
Cedeño que: “de la corriente de energías supremas de tu Yo Superior baja a tu
cuerpo físico un cordoncito llamado el cordón plateado y entra por la cabeza
entre el parietal y el occipital y cuando llega a tu corazón estalla en una
llama triple, rodeada de una luz inmensa, blanca. Es igual a un sol. Y allí en
esa llama triple están contenidos todos los aspectos de Dios; Voluntad,
Sabiduría y Amor”
Si todos
llevamos estos tres aspectos primordiales de Dios con nosotros, no podemos
negarles la posibilidad de actuar calificándonos negativamente, como ya lo
aprendiste al leer la Ley de Mentalismo. Dios está contigo en todas partes,
porque está dentro de tu corazón, eso, de uno u otro modo, lo enseñan todas las
religiones.
No faltará, por
cierto, aquel que diga que esas llamas o ese Cristo Interno no aparecen por
ninguna parte cuando a alguien le abren el corazón para hacerle alguna cirugía
o algo así, lo que ocurre es que nos referimos al Corazón Espiritual.
El don más grande
es vivir reconociendo el Cristo Interno que tiene cada persona y,
especialmente, el que está dentro de ti, es el Maestro que te ayudará y guiará
siempre.
Fuente: hermandadblanca.org
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