Para poner en práctica este proceso empieza por establecer una cuenta corriente imaginaria y comienza a realizar depósitos y retirar dinero de la cuenta como si fuera real. Puedes utilizar un viejo talonario que ya no te sirva o un bloc de notas como si fuera un talonario y unas hojas de papel a modo de comprobantes del dinero que ingresas o retiras. Conviene que todo el proceso resulte lo más auténtico posible.
El primer día deposita 1.000 dólares en tu cuenta. Y gástalos. Es decir, anota un ingreso de 1.000 dólares en la matriz de tu talonario y extiende uno o varios cheques hasta gastar esa suma. Puedes utilizar el dinero en un solo lugar, utilizando un solo cheque, o comprando diversas cosas y con varios cheques. El propósito de este juego es que te diviertas pensando en lo que te gustaría adquirir y goces extendiendo los correspondientes cheques.
Describe con detalle tus compras en la matriz del cheque. Puedes gastar todo el dinero hoy o reservar una parte para gastarlo otro día. Pero nosotros te aconsejamos que procures gastarlo todo hoy, porque mañana harás otro cuantioso ingreso en tu cuenta.
El segundo día, deposita 2.000 dólares. El tercero, 3.000. El cuarto, 4.000. Cuando llegues al día 50, deposita 50.000. Cuando llegues al día 300, deposita 300.000. Si practicas este juego todos los días durante un año, habrás depositado y gastado más de 66 millones.
El beneficio de este proceso es que aumenta tu capacidad de imaginar. Es decir, cuando lleves unas semanas practicando este juego comprobarás que gastar esa cantidad de dinero requiere un esfuerzo de concentración. De este modo, tu capacidad de imaginar aumentará notablemente.
El Universo responde a las vibraciones que emites, no a tu estado de ánimo actual. De modo que si prestas atención sólo a tu estado de ánimo actual, tu futuro se desarrollará sin grandes novedades. Pero si prestas atención a las maravillosas ideas que se expanden y que este juego evoca en ti, el Universo responderá a las vibraciones de esos pensamientos.
El Universo no hace ninguna distinción entre la vibración que emites en respuesta a lo que vives y la vibración que emites en respuesta a lo que imaginas, por lo que el “Juego de la Prosperidad” constituye una potente herramienta para modificar tu punto de atracción.
Puedes practicar este juego durante un breve espacio de tiempo o durante más de un año. Elige lo que más te convenga. Quizá te cueste un poco al principio, pero cuanto más practiques este juego, más se expandirá tu imaginación. Y a medida que tu imaginación se expanda y te concentres en esa expansión y en lo que te diviertes, tu punto de atracción se modificará.
Al extender los cheques, utilizar tu imaginación, anotar tus compras, concentrarte en lo que escribes y no sentir ninguna resistencia al extender los cheques porque no temes gastar demasiado dinero, conseguirás lo que necesites para obtener lo que sea: Habrás expresado tu deseo en un estado de no resistencia, es decir, en un estado de “permitir”.
Por consiguiente, no sólo te beneficiarás al expandirse tu imaginación, sino que tu punto de atracción cambiará, haciendo que tu experiencia vital cambie también. No sólo mejorará tu situación económica, sino que todas las cosas en las que te has deleitado al centrarte en ellas empezarán a fluir hacia tu experiencia.
Puedes comenzar el juego y detenerlo cuando quieras, y puedes practicarlo como quieras. No hay reglas; no hay nada que debas hacer o abstenerte de hacer. Dicho de otro modo, puedes hacer lo que desees. Gasta tanto dinero como quieras. Lo importante es que te esfuerces en ejercitar tu imaginación.
Si practicas con entusiasmo el “Juego de la prosperidad”, no sólo conseguirás que mejore tu situación económica, sino todos los aspectos de tu vida. No sólo contribuirá a que actives más vibraciones en torno a las cosas que deseas, sino que te ayudará a concentrarte más intensamente, permitiendo que lo que deseas fluya hacia tu experiencia.
Al practicar este juego emitirás vibraciones más expansivas y expectantes. Y te prometemos solemnemente que no tardarán en producirse manifestaciones en respuesta al cambio registrado en tus vibraciones.
Extracto del libro “Pide y se te Dará” de Esther Hicks
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