Dos monjes habían salido de viaje con las sabias advertencias de su maestro. “La mujer es símbolo de pecado no debes tener trato con ellas y mucho menos dejarse engañar por sus encantos”.
Iban cruzando un río, cuando de pronto se encontraron con una mujer muy joven y hermosa a la cual habían asaltado unos ladrones dejándola desnuda y malherida a la orilla de un río.
Uno de los monjes se acercó, la subió sobre sus hombros y la llevó hasta su casa, donde sus familiares lloraron y agradecieron su ayuda.
El otro monje estaba furioso con lo sucedido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no solo la había tocado, sino que la había cargado desnuda sobre los hombros.
Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo: “Tendré que decírselo al maestro porque eso está prohibido”.
¿De qué hablas? – respondió el otro monje
¿Te has olvidado?… llevaste a esa mujer desnuda sobre tus hombros, dijo el que estaba enojado.
El monje sonrió y luego respondió: Si, yo la llevé. Pero la dejé en el río muchas leguas atrás. Tú todavía la estas cargando.
Cuento Popular Chino
Reflexión: No malgastes tu vida cargando recuerdos del pasado, libérate de ellos y haz tu viaje lo más liviano posible para que puedas disfrutar del recorrido.
Buen cuento
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