Somos amor,
abundancia y dicha perfecta, esa es La Verdad. Quienes apoyan
esa verdad y son capaces de ver
más allá de lo que las apariencias físicas nos muestran, quienes entienden que el
orden y el amor son el estado natural, han encontrado la felicidad.
Este mundo
físico que vemos y que muchas veces nos parece imperfecto e injusto, es solo un
mundo de sombras que se moldea de acuerdo a las creencias
que existen en nuestro interior; cámbialas y verás cómo esto que parece tan sólido y
real, desparece, se desvanece antes tus ojos para dar forma a un nuevo mundo,
moldeando a perfección tu nueva creencia o
concepto.
Nuestros
pensamientos hacen los moldes, todas nuestras
ideas son aceptadas en nuestro interior
y ponen un poder en movimiento de acuerdo a ese pensamiento. La Ley de Dios es
inmutable y nos concede todo de acuerdo a nuestras impresiones.
De esta forma, todos
los problemas de limitación, sufrimiento y maldad no son más que creaciones erróneas de quienes no comprenden las leyes
divinas y crean a partir del temor. Esto es lo
que origina conflicto y confusión porque
no confían en que hay suficiente de todo para todos, y que estamos aquí para
ser felices y prósperos. Ignoran que en nuestro estado natural somos amor y
perfección porque somos una parte de Dios y estamos hechos de su propia
naturaleza, El habita en nosotros y esto quiere decir que dentro nuestro esta
todo el amor, la felicidad y abundancia que anhelamos.
Si deseamos
vivir en un mundo lleno de amor, rodeados de personas y circunstancias
placenteras, el camino es controlar cada pensamiento que niega la realidad y
hacernos conscientes de todo el bien que existe. Debemos sentir la presencia de
Dios en nuestro interior y mantener diariamente una profunda comunión con El,
de esta forma todo lo negativo desaparecerá de nuestra vida.
Inténtalo y verás
milagros.
“….y conocerán
la verdad, y la verdad los hará libres” - Juan 8:32
Por Marcela Allen
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