Un día Abraham
invitó un pobre a comer a su casa. Antes de comenzar la cena Abraham bendijo la
mesa y agradeció a Dios por la comida que tenían frente a ellos.
En ese momento el
invitado empezó a maldecir a Dios y a decir que no soportaba oír hablar de su
Santo Nombre.
Encendido de
ira, Abraham expulsó al blasfemo de su casa.
Aquella noche,
cuando Abraham hacía sus oraciones, Dios le dijo: – Este hombre ha blasfemado
de mí y me ha injuriado durante cincuenta años y, no obstante, yo le he dado de
comer y de beber cada día. ¿No podías tú soportarlo durante una sola comida?
Autor: Anthony de Mello
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